jueves, 5 de noviembre de 2009

Más que una condecoración, necesitamos saber la verdad sobre el asesinato de los sacerdotes jesuitas


Blog de El Trompudo

Nos han comentado que el estado salvadoreño entregará condecoraciones póstumas a los mártires jesuitas, en estos próximos días. Nos parece que eso está muy bien, pero seguramente los familiares, hermanos de congregación y el pueblo en general, apreciarían más que las investigaciones de este abominable hecho se abran nuevamente .

Considero que en estos días de Cambio, se tienen los elementos suficientes y la voluntad política necesaria para esclarecer estos hechos y muchos otros, todo en bien de la verdad y del perdón. Por ahí escuché, en una oportunidad, "que no se puede perdonar a ciegas; se debe conocer la verdad para luego transitar por las rutas del perdón".

Nos gustaría que esta condecoración la entregaran los que de una u otra manera participaron en el hecho. Pienso en este instante en el presidente del COENA, Alfredo Cristiani y el ex-jefe del Estado Mayor de aquella época, el ex general Emilio Ponce; esto como una muestra de cambio, de arrepentimiento y, sobre todo, de buena voluntad. No me critiquen, acá se vale soñar.


Además, quisieramos que el esfuerzo trascendiera hacia todos aquellos mártires que por circunstancias del destino han quedado en el olvido. Ya que aunque ustedes no lo crean, hay mártires que están vivos, al menos en el sentimiento y la esperanza de quienes los conocieron.

Tenemos entre estos a una gran cantidad de mártires provenientes de la solidaridad de los pueblos del mundo, de la iglesia salvadorena, del sector trabajador, del sector estudiantil, del magisterio, del sector campesino y de diversas aristas del entorno nacional. Seguramente que no nos alcanzaría la tinta para nombrarlos, ellos y ellas son muchos.

Me agradaría sobremanera que se institucionalizara el 16 de enero de cada año como una fiesta que invite e inste al perdón, a la hermandad, a la reconciliación, a la verdad y, sobre todo, al arrepentimiento.

No me dejarán mentir, pero en ARENA se sigue viviendo un odio tan visceral hacia sus adversarios políticos y hacia el pueblo en general, como en los tiempos de la Guerra Fría. Muchos de ellos con ese panfleto, quieren arraigarse a posiciones de poder, que no podrían sustentar y ostentar nada más con su sapiencia política.

El presidente Funes debe tender puentes a TODOS los salvadoreños para que podamos encontrar la tan ansiada VERDAD y que luego de un tiempo de asimilación venga el perdón.

Les aseguro que no hay forma de crecer democráticamente, sino lo hacemos todos juntos en la misma dirección y objetivo; claro que esto se puede lograr en base a confianza, tolerancia y aceptación. No estoy pidiendo, de ninguna forma, que pensemos igual o que seamos todos de izquierda, derecha o el casi inexistente centro. De ninguna forma. Pero sí que todos tengamos como norte y guía el bienestar de las mayorías y de esta nación llamada El Salvador.

Atlacatl

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